El domingo entró en vigencia en Gran Bretaña la llamada “Ley anti cookies”, la normativa que obliga a los sitios web a informar y pedir permiso a los usuarios antes de proseguir con la ejecución de esos pequeños archivos de almacenamiento.
El Reino Unido fue uno de los países que no adoptó la norma de inmediato y dejó pasar el tiempo para estudiar la medida, reglamentada recién el 25 de mayo de 2011.
Ese plazo le sirvió a la administración del primer ministro David Cameron para realizar diferentes rondas de consultas con las organizaciones civiles y empresas que acercaron propuestas y alternativas a la medida que no sufrió modificaciones.
Las cookies son pequeños archivos que almacenan datos de navegación de los internautas. Generalmente son usadas por los servidores para distinguir usuarios y ejecutar diferentes tareas que pueden ir desde el reconocimiento de cuentas hasta una clasificación de las mismas para fines comerciales. La nueva norma establece que los titulares de páginas web no pueden instalar estas herramientas en los equipos de los usuarios sin el consentimiento previo de los mismos.
Para ello la “Cookies Law” obliga a las páginas británicas a avisar a los usuarios sobre la existencia de esos archivos y generar los mecanismos digitales necesarios para que los internautas acepten o no que haya intercambio de información entre su computadora y los sitios que visitan.
La nueva ley prevé una multa de 500 mil libras para las páginas que no cumplan con la normativa. El organismo encargado de controlar el cumplimiento de la misma será la Oficina del Comisionado de Información. Hasta el momento no todas las páginas oficiales del gobierno británico tienen en funcionamiento los requerimientos técnicos que la normativa establece aunque la mayoría optó por incorporar una “pestaña” destacada en la que se establece las políticas de privacidad.
Ese plazo le sirvió a la administración del primer ministro David Cameron para realizar diferentes rondas de consultas con las organizaciones civiles y empresas que acercaron propuestas y alternativas a la medida que no sufrió modificaciones.
Las cookies son pequeños archivos que almacenan datos de navegación de los internautas. Generalmente son usadas por los servidores para distinguir usuarios y ejecutar diferentes tareas que pueden ir desde el reconocimiento de cuentas hasta una clasificación de las mismas para fines comerciales. La nueva norma establece que los titulares de páginas web no pueden instalar estas herramientas en los equipos de los usuarios sin el consentimiento previo de los mismos.
Para ello la “Cookies Law” obliga a las páginas británicas a avisar a los usuarios sobre la existencia de esos archivos y generar los mecanismos digitales necesarios para que los internautas acepten o no que haya intercambio de información entre su computadora y los sitios que visitan.
La nueva ley prevé una multa de 500 mil libras para las páginas que no cumplan con la normativa. El organismo encargado de controlar el cumplimiento de la misma será la Oficina del Comisionado de Información. Hasta el momento no todas las páginas oficiales del gobierno británico tienen en funcionamiento los requerimientos técnicos que la normativa establece aunque la mayoría optó por incorporar una “pestaña” destacada en la que se establece las políticas de privacidad.
Publicado por Daniel Maldonado
Fuente | Telam
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