A la hora de mantener frío a un procesador, las opciones más accesibles para el usuario siguen siendo recurrir a un disipador convencional, ya sea que trabaje de forma pasiva o con un ventilador acoplado, o utilizar la refrigración por agua. Cuando hablamos de un disipador basado en aire que es treinta veces más eficiente que las soluciones actuales puede parecer una broma en un principio, pero lo que han hecho en los Laboratorios Nacionales Sandia, cambia sonrisas por expresiones de asombro.
¿Por qué seguimos usando ventiladores para disipar calor?
En primer lugar tienden a ser baratos, y cumplen con su trabajo. Una mejora importante para la refrigeración de cualquier procesador es utilizar “watercooling”, pero las unidades cotizan muy alto, y aunque algunas de ellas son “contenidas”, siempre queda una sensación extraña al colocar un líquido tan cerca de un componente electrónico.
¿Hay alguna forma de optimizar a los disipadores convencionales?
Absolutamente. Son ineficientes por donde se los mire, y el ruido es un factor que irrita cada vez más a los usuarios.
Una respuesta a todas estas inquietudes puede estar en el nuevo Sandia Cooler, desarrollado por los Laboratorios Nacionales Sandia. Uno de los puntos más sorprendentes del Sandia Cooler es que está compuesto por apenas tres piezas, pero la ciencia detrás de su funcionamiento es extremadamente compleja. El Sandia Cooler se basa en un “cojinete de aire hidrodinámico”. El disipador está separado de su base estacionaria por apenas una milésima de pulgada, una distancia lo suficientemente corta como para que el aire se comporte más como fluído que como gas, incrementando notablemente su capacidad de transferencia de calor. El aire frío ingresa por el centro del disipador, mientras que el aire caliente es expulsado a través de las aletas mientras gira.
Una respuesta a todas estas inquietudes puede estar en el nuevo Sandia Cooler, desarrollado por los Laboratorios Nacionales Sandia. Uno de los puntos más sorprendentes del Sandia Cooler es que está compuesto por apenas tres piezas, pero la ciencia detrás de su funcionamiento es extremadamente compleja. El Sandia Cooler se basa en un “cojinete de aire hidrodinámico”. El disipador está separado de su base estacionaria por apenas una milésima de pulgada, una distancia lo suficientemente corta como para que el aire se comporte más como fluído que como gas, incrementando notablemente su capacidad de transferencia de calor. El aire frío ingresa por el centro del disipador, mientras que el aire caliente es expulsado a través de las aletas mientras gira.
Este nuevo disipador ha recibido la atención de varias empresas que buscan comercializarlo
La rotación del disipador está en el orden de las dos mil revoluciones por minuto, lo suficientemente baja como para que el ruido sea casi imperceptible. La gente de Sandia ya se encuentra en charlas con diferentes empresas que buscan llevar a esta tecnología al mercado. Una de ellas busca transformar al Sandia Cooler en un disipador para ordenador, mientras que otras empresas busca hacer algo similar en los campos de iluminación LED y aire acondicionado. De acuerdo a los datos de desarrollo, el Sandia Cooler es treinta veces más eficiente que un disipador convencional, y puede ser instalado tanto vertical como horizontalmente.
Publicado por Daniel Maldonado
Fuente | Neoteo
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