Windows 8 está cada vez más cerca, y esto hace que
muchas empresas comiencen a adaptar a sus productos principales para
recibir al nuevo sistema. DirectX 11.1 estará integrado a ese
sistema operativo, y traerá consigo unos cuantos ajustes sobre Direct2D,
Direct3D y DirectCompute. Al mismo tiempo, la necesidad de evaluar al
hardware (actual y futuro) siempre está presente, por lo tanto, un benchmark dedicado parece ser la respuesta. La gente de Futuremark ha mantenido una posición de privilegio entre estas herramientas, y como no podía ser de otra manera, hay una nueva versión de 3DMark en camino.
Aún así, hay algunos desafíos por delante. Los fabricantes de hardware insisten con la idea de cuestionar a los benchmarks sintéticos, e intentan convencer a los usuarios de que la “experiencia” que transmite el hardware es más importante (algo parecido a lo que pasó con AMD y su chip Bulldozer).
A esto también debemos sumarle el extraordinario avance de los
dispositivos móviles, que siguen ganando relevancia en el mundo de los
videojuegos. Son plataformas controladas, y no obedecen a las mismas
reglas que una portátil o un ordenador de escritorio. De hecho, los
desarrolladores de software están buscando “unificar” los perfiles de móvil y no-móvil, siendo Windows 8 un excelente ejemplo para describir esto. Entonces, ¿cómo convence Futuremark a los usuarios de que una utilidad de benchmarking sigue siendo relevante?
En primer lugar, con un trailer. Windows 8 tendrá a DirectX 11.1 integrado, y con él vienen varios ajustes sobre sus componentes. El próximo 3DMark promete exprimir al máximo el hardware en nuestros ordenadores bajo ese entorno, pero también en nuestras tablets.
En cuanto al trailer, mi primera impresión fue que un sujeto salido de
Tron va a tener un mal momento con algo parecido a un Centinela de
Matrix en una calle digna de Blade Runner. Hay varios efectos muy
interesantes, pero las injusticias de YouTube al comprimir el vídeo
hacen casi obligatorio el hecho de reproducirlo en 720p o 1080p.
Si debiera realizar una estricta comparación con otras demos tecnológicas que hemos visto recientemente, sería necesario decir que lo presentado por 3DMark hasta aquí no es tan vistoso, aunque también hay que conceder que se trata de un trabajo en progreso. El objetivo principal de un benchmark no es brillar, sino poner a prueba las funciones disponibles (especialmente con un nuevo sistema operativo a la vuelta de la esquina), y evaluar el rendimiento de una tarjeta gráfica bajo múltiples configuraciones. El lanzamiento de la nueva versión de 3DMark está programado para poco después del debut de Windows 8, y en adición soportará a Windows Vista y Windows 7. Si no puedes esperar, la versión básica de 3DMark 11 es gratuita.
Si debiera realizar una estricta comparación con otras demos tecnológicas que hemos visto recientemente, sería necesario decir que lo presentado por 3DMark hasta aquí no es tan vistoso, aunque también hay que conceder que se trata de un trabajo en progreso. El objetivo principal de un benchmark no es brillar, sino poner a prueba las funciones disponibles (especialmente con un nuevo sistema operativo a la vuelta de la esquina), y evaluar el rendimiento de una tarjeta gráfica bajo múltiples configuraciones. El lanzamiento de la nueva versión de 3DMark está programado para poco después del debut de Windows 8, y en adición soportará a Windows Vista y Windows 7. Si no puedes esperar, la versión básica de 3DMark 11 es gratuita.
Publicado por Leonel Kozel
Fuente | NeoTeo
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